1~ Tomar siestas
Todos amamos tomar siestas, y hay muchas partes del día donde nos sentimos agotados, especialmente cuando experimentamos actividades intelectuales extenuantes o por el contrario cuando estamos aburridos.
Una siesta de menos de 30 minutos durante el día promueve la vigilia y mejora el rendimiento y la capacidad de aprendizaje (Dhand, 2006).
2~ Integrar pequeños ejercicios de atención plena
En realidad subestimamos con frecuencia el hecho de tomar un momento del día para poner absoluta atención en ese instante en el que decidimos hacer un alto.
El mindfulness o atención plena ha mostrado por medio de evidencia científica diversos beneficios especialmente en la disminución de ansiedad y estrés.
3~ Identifica tus emociones
Generalmente estamos muy distraídos en nuestro pensamiento, por lo que es muy importante que te preguntes varias veces al día ¿qué estás sintiendo?, especialmente si la emoción no es agradable o si tus pensamientos están molestándote demasiado.
Puedes variar con pequeñas prácticas de mindfulness como las anteriores, e incluir otras enfocadas en atender a lo que estás sintiendo, no para juzgarlo, para que lo identifiques claramente, es parte del proceso de cambio empezar a conocer tu funcionamiento interno.
Recuerda que tú eres tu mayor proyecto y tu mayor responsabilidad.