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De sueño a pesadilla El dolor que un político ilusionista dejó.

Estas son las imágenes del desalojo de familias que habían construido en terrenos que Mariano Enrique Porras Buitrago nunca pagó a sus dueños en Zipaquirá.

Mariano Porras en reunión con los habitantes de Ciudad Jardín en el año 2001

Era el último proyecto que estaba a la espera de un desalojo.

Palabras de Mariano Porras a la comunidad de Ciudad Jardín el día 18 de enero del año 2001

Desde 1994 comunidades en diferentes partes de Colombia como Bogotá, Tuluá, Medellín y en los Llanos Orientales, han sido desalojadas a lo largo de estos 30 años, quienes también fueron víctimas de este político.

Escrito en el reverso de los carnets que Mariano Porras entregó a los "compradores"
Intento de desalojo (noviembre de 2021)

Un sin sabor, tristeza y desilusión dejó Mariano Enrique Porras. Desde que comenzó su carrera política utilizó como bandera la “vivienda social” y como discurso la “autogestión comunitaria”, no solo para llegar al poder sino que engañó a los más necesitados, incautos y familias pobres.

Entrada al terreno desalojado el día 30 de marzo de 2022
Altar en parte posterior a la entrada
Luis Alfredo Castañeda, uno de los damnificados
Johanna López representante de Ciudad Jardín
Comunidad clamando no ser desalojadas

Y es que, en esta historia, nadie gana... La dueña original del terreno, Gregoria Navas, murió hace unos años esperando a que le devolvieran lo que era suyo y que por derecho le pertenecía, porque el urbanizador Mariano Porras, nunca le pagó.

El Juez Tercero Civil Municipal, Rodrigo José Pineda Rodríguez, tuvo que atender la diligencia de desalojo por ordenes de instancias superiores.
Agentes del ESMAD asistieron para acompañar el proceso de desalojo.
Habitante afectado, con un crucifijo en la mano, implorando que no se realizara el desalojo.

Deshabitar la casa, perder el camino, recoger los pasos, los recuerdos, las voces de los vecinos, y no volver a ver el rayo de sol que entra todas las mañanas por la hendija de la ventana delantera, parece ser el nuevo trazo en la vida de las familias desalojadas del predio ‘Ciudad Jardín’ en Zipaquirá - Cundinamarca.

Madre de familia ante la impotencia de poder seguir viviendo allí.

Momento en el que resignados iniciaron su desalojo.
Se llevaron lo que pudieron rescatar como ventanas rejas y puertas.

La ‘vivienda digna’ en Colombia es una promesa sin respuesta, es el reflejo de aquella canción de Rubén Blades que dice: Si naciste pa' martillo del cielo te caen los clavos.

Camisetas blancas con letras naranja simbolizando la protesta de un desalojo anunciado.

En una de las diligencias la angustia y el dolor eran los protagonistas.

El desalojo de un histórico terreno que ha sido zona de pleitos jurídicos, desatando fuertes cuestionamientos de múltiples actores vinculados a Ciudad Jardín en la defensa de espacio habitable.

Momentos de zozobra uno de los días de desalojo en el proyecto de vivienda Ciudad Jardín

Mientras el reloj marcaba las primeras horas de la mañana, los habitantes del predio 'Ciudad Jardín' en Zipaquirá, abandonaban en medio del dolor sus hogares.

Diferentes momentos en la salida del predio.
Camiones listos para llevar los trasteos.
Buscaron rescatar hasta lo más mínimo tratando de mitigar su dificil situación.
Curiosos de diferentes edades observaban la conclusión de un dolor de más de treinta años.

Finalmente quedan los escombros de este drama ciudadano que así terminó.

Escombros que se asemejan a los dejados por un terremoto. El terremoto del desalojo.
Personas tratando de rescatar materiales que podrían servir en otro lugar

También queda en el pasado el triste y amargo recuerdo que dejó Mariano Enrique Porras, quien llegó a Zipaquirá hace muchos años en busca de votos, dejando problemas inimaginables, ilusionando a familias que soñaban tener casa propia, sueño que se convirtió en pesadilla terminando en la soledad.

Don Luis Alfredo una de las personas más damnificadas por el desalojo, simbolo del dolor y la impotencia.
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