En el polígono que encierran las avenidas Regional y El Poblado, y las calles 30 y 33, tres decenas de banderas flamean un sol que sonríe. Detrás de cada muro que las sostiene está creciendo un bosque.
Cafés, talleres, estudios de fotografía, danza y música, coworkings, restaurantes, centros de innovación, constructoras, cervecerías, locales comerciales, fábricas de maquillaje y de accesorios son apenas su razón social.
Ellos son parte del Perpetuo Socorro, una red que se expande con los días por un barrio que está consolidando un nuevo nombre y que está convirtiendo su rostro en un mosaico de ideas y saberes.
Foto: Fabián Puerta.
La semilla del Distrito Creativo está en Mattelsa, una empresa textil que promueve el disfrute y el respeto a la vida.
Luego de habitar por años un centro industrial de fábricas de ropa, quiso buscar una nueva casa, a la cual sus 300 colaboradores pudieran llegar más fácil en bicicleta, a pie o en transporte público. Donde se pudieran sembrar árboles e ideas. También donde, además de un edificio, se pudiera construir comunidad.
Encontraron su lugar en un terreno plano, céntrico, entre las estaciones Exposiciones e Industriales. Un sector llamado por años San Diego, Almacentro o Barrio Colombia, y con identidad de no-lugar: bodegas vacías, calles por las que se camina rápido, locales donde se va a trabajar o a reparar un carro, manzanas en las que, para el 2018, apenas vivían dos familias.
A media cuadra de la iglesia del Perpetuo Socorro, Mattelsa reemplazó una fábrica abandonada de cosméticos por una sede de 6 pisos, con fachada de ventanas y tantas plantas como huéspedes.
Foto: Corporación Perpetuo Socorro.
Conscientes de que las alianzas abren caminos para transformar espacios y experiencias, Mattelsa se puso a conversar con instituciones públicas y empresas como el centro comercial Almacentro y Comfama, para contarles del potencial que encontró en el Perpetuo Socorro.
Entonces empezó a gestarse una corporación con la misión de convertir ese cachito sur del Centro de Medellín en un oasis de creatividad.
Mientras tanto, los muros vecinos se habían empezado a cubrir de arte urbano con el festival Pictopía; y algunos emprendedores comenzaban a instalarse allí de forma silenciosa.
Uno de ellos, el fotógrafo Juan Sebastián Marín, se mudó atraído por la centralidad del sector, sin sospechar que se convertiría en un paraíso donde todos los días se abren nuevas puertas.
Con la consolidación de la Corporación Perpetuo Socorro, en los últimos años, Juan Sebastián se convirtió en aliado de Comfama y del Ballet Metropolitano. Su estudio, Perpetuo 401, ahora es laboratorio de ideas para marcas de toda la ciudad.
Foto: Juan Sebastián Marín.
La idea de poner a conversar creadores y ciudadanos empezó a materializarse en 2018, y halló su recinto en una de las bodegas blancas y grises que abundan entre las cuadras del Perpetuo.
Una de ellas, del tamaño de dos piscinas olímpicas, se pintó de negro, abrió sus puertas y se convirtió en el corazón del barrio; en el lugar adonde se reúnen familias y creadores a gozar del arte y el emprendimiento en conciertos, charlas, talleres, ferias y mercados creativos.
A finales del 2019, el artista Bryan Sánchez tatuó ese órgano vital en uno de los muros de bodega/Comfama, señalando que detrás de ellos se bombea buena parte de la oferta creativa de la ciudad.
¿Qué significa que las 62 hectáreas que encierran el Perpetuo Socorro sean, por decreto, un distrito creativo y cultural y Área de Desarrollo Naranja ADN?
Las empresas que desarrollen proyectos de emprendimiento creativo y cultural en el sector, es decir, que fortalezcan las actividades artísticas, el turismo y el empleo en torno al sector creativo, recibirán beneficios tributarios por 5 años.
La misión de la Corporación Perpetuo Socorro, además de invitar a emprendedores y creativos de la ciudad a conectarse en esa zona de la ciudad, es convertir al barrio en una zona sin estratos, donde convivan tanto quienes llevan años habitando el sector, con las personas y familias que lleguen a compartir saberes.
“Queremos que el Distrito Creativo sea un barrio para todos, que en el festival del Perpetuo Socorro, un mecánico y el presidente de un banco compartan mesa disfrutando de la buena música”, dice Erika Jaramillo, directora de la corporación Perpetuo Socorro.
El reto está justamente en que los contrastes convivan: que un concesionario linde con una galería de arte; o que un laboratorio de experiencias cafeteras sea tan concurrido como la tienda de empanadas que, a media cuadra, alimenta cada día a obreros y transeúntes.
Abrir paso a nuevas actividades económicas, respetando la vocación industrial del Perpetuo Socorro, es una tendencia que muestra frutos tempranos.
El taller automotriz Ceenetros, con tradición en el sector, a pocos metros de Mattelsa, prestó su fachada para que la artista Ana Posada instalara con teselas el símbolo del Perpetuo Socorro. Oscar Ospina, el dueño del taller, visita cada tanto los eventos de bodega/Comfama.
Otro ejemplo: en el evento que ofreció Comfama para el cierre del año 2019, la iglesia fue el escenario del concierto final.
“Queremos que el barrio mantenga su estética, pero que sea más verde”, cuenta Ana Isabel Maya, responsable de Emprendimiento de Comfama.
En los últimos tres años, el barrio está pasando de ser un diamante en bruto a una reunión de microbosques. Eso, gracias a la gestión mancomunada de sector público y privado.
La calle que separa el edificio de Mattelsa y la bodega/Comfama ahora es un sendero caminable atravesado por tres palabras de cemento: Imagina construir juntos.
Sobre esas palabras, que construyen el eslogan de cementos Argos, se sientan personas a leer, a descansar, a escuchar pájaros que saltan entre árboles y talleres mecánicos.
Frente a bodega/Comfama, en 2019, el Área Metropolitana instaló una nueva estación de EnCicla: Distrito Creativo; y el municipio ha celebrado festivales artísticos en el barrio que celebran la cultura y el emprendimiento.
Agrofácil es una empresa de insumos agropecuarios sostenibles que llegó al Perpetuo Socorro desde antes de que la corporación saliera a la luz. Su fundador, Sebastián Estrada, cuenta que se enteró de la existencia de la Corporación por un artículo en el periódico, y lo primero que hizo fue contactar a sus creadores.
Este año, Agrofácil instaló su propia bandera con el sol de colores, para señalar que hace parte de una comunidad que crece unida.
Sus colaboradores, que en las pausas activas suelen salir a caminar, a sembrar y a abonar, aprovechan esos espacios para enseñarles a sus vecinos cómo cuidar las plantas que los rodean. Además de distrito creativo, el Perpetuo Socorro quiere ser un pulmón para la ciudad.
Junto con las transformaciones del barrio, la academia se unió a la corporación como un actor que piensa y repiensa el territorio para convertirlo en un ecosistema creativo para todos.
La UPB hace parte de proyectos de transformación urbanística en la zona como TOD NAMA, que busca implementar un sistema de transporte que reduzca las emisiones de CO2, y que actualmente está en etapa de prefactibilidad, en manos del Gobierno Nacional.
También, justamente en el recinto más antiguo del sector, la iglesia, estudiantes e investigadores de la universidad realizan talleres de arte y arquitectura. Poco a poco, instituciones y habitantes se unen para soñarse un territorio que integre posibilidades.
Foto: Laura Grajales.
Para que el Distrito Creativo Perpetuo Socorro continúe creciendo, los emprendedores que han llegado al barrio conversan constantemente.
Alrededor de 30 copropietarios del barrio se reúnen el último miércoles de cada mes para socializar oportunidades para el sector creativo, compartir agendas y explorar cómo crecer a través de la cooperación.
La idea de instalar la bandera con el sol como símbolo de identidad, surgió durante una de esas reuniones, que se llaman Comité de contenidos.
Una vaca variopinta o una bandera con la figura del sol. Ambas simbolizan la magia que sucede en el Perpetuo Socorro.
El Cow Parade, un evento internacional que se celebra hace 20 años en diversas ciudades del mundo, trajo a Medellín 12 vacas blancas que pintaron artistas locales como quisieron.
Cada vaca pesa unos 50 kilos y está a cargo de un negocio: un taller, un concesionario, bodega/Comfama, Mattelsa, un coworkig. Mantener cada vaca limpia y en su sitio es signo de orgullo y amor por el barrio. Casi un año después de instalarse allí, las vacas permanecen intactas.
John Jairo Bran, quien hace 7 años tiene por trabajo mantener impecables las calles del Perpetuo Socorro, es testigo de eso: “Cada vez hay más edificios y turistas, pero aquí siempre se ha sentido el afecto de la gente”. Apoya su espalda en el corazón palpitante de bodega/Comfama. Adentro, el Ballet Metropolitano de Medellín prepara su próxima función.
Credits:
Comfama